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Importancia de abonar el césped en otoño
Beneficios del abonado otoñal
La fertilización en otoño desempeña un papel esencial en la recuperación del césped tras el desgaste sufrido durante el verano y en la preparación fisiológica para el periodo invernal. Esta práctica mejora significativamente la resistencia al frío, reduce la incidencia de enfermedades criptogámicas y limita la proliferación de malas hierbas. Además, favorece una mayor actividad radicular en una etapa donde el crecimiento foliar disminuye, lo que permite al césped acumular reservas energéticas fundamentales para su viabilidad durante los meses de bajas temperaturas.
Cambios fisiológicos del césped en otoño
Durante el otoño, el césped entra en una fase de transición en la que se reduce la producción de masa foliar y se intensifica el crecimiento subterráneo. Esta adaptación implica una redistribución de los recursos metabólicos hacia las raíces y rizomas, y una mayor acumulación de carbohidratos de reserva en los tejidos. Para sostener este proceso, el suministro de nutrientes como fósforo y potasio se vuelve prioritario, ya que ambos contribuyen al fortalecimiento estructural de la planta y a su capacidad para enfrentar condiciones adversas.
Tipos de fertilizantes para césped en otoño
Abono Cesped Plus Mantenimiento
Floranid Doble Acción 15-5-8
Floranid Permanent
Floranid Eagle K 12-0-24
Floranid Eagle Master
Césped PLUS
FLORANID EASYSTART PLUS 18-24-5
Fertilizantes según su composición
En otoño, se utilizan tanto fertilizantes orgánicos como minerales, cada uno con objetivos distintos. Los fertilizantes orgánicos, como el compost, el estiércol maduro o el humus de lombriz, aportan materia orgánica al suelo, mejoran su estructura y favorecen la retención de humedad y nutrientes. Por otro lado, los fertilizantes minerales formulados específicamente para esta estación contienen un alto contenido en potasio y fósforo, elementos clave para potenciar el enraizamiento y la resistencia a bajas temperaturas, mientras se reduce la proporción de nitrógeno para evitar un crecimiento foliar excesivo.
Fertilizantes según su liberación
La elección del tipo de liberación depende del objetivo y del manejo del césped. Los fertilizantes de liberación rápida permiten una asimilación inmediata de nutrientes, útiles para una respuesta rápida en céspedes debilitados. Sin embargo, su duración es limitada y requieren aplicaciones más frecuentes. En cambio, los fertilizantes de liberación lenta aseguran una nutrición continua durante varias semanas, ideal para acompañar el ritmo fisiológico del césped en otoño y evitar picos de concentración salina que puedan resultar perjudiciales.
Fertilizante adecuado según el tipo de césped
Cada tipo de césped presenta necesidades específicas que deben ser contempladas al seleccionar el fertilizante. En los céspedes ornamentales, el objetivo principal es mantener el aspecto visual, por lo que se emplean formulaciones equilibradas que conserven el verdor y refuercen el sistema radicular sin generar un crecimiento excesivo. En superficies deportivas, donde el desgaste por uso es elevado, se priorizan fertilizantes con mayor contenido en potasio para optimizar la resistencia al pisoteo y acelerar la regeneración. En céspedes rústicos o de mantenimiento mínimo, se recomienda un abonado básico con productos de liberación lenta que preparen al césped para el invierno sin necesidad de intervenciones frecuentes.
¿Cuando abonar el cesped en Otoño?
Momento ideal para la fertilización
La fertilización otoñal debe iniciarse a principios de la estación, entre septiembre y octubre, una vez reducidas las temperaturas extremas del verano. Esta primera aplicación favorece la regeneración del césped y el inicio de la actividad radicular. Una segunda fertilización, hacia finales de noviembre, ayuda a consolidar las reservas de nutrientes antes de la entrada en el letargo invernal. Es esencial respetar este calendario para asegurar que los nutrientes sean absorbidos antes de que la temperatura del suelo descienda por debajo del umbral fisiológicamente activo.
Frecuencia y dosis recomendadas
La frecuencia del abonado en otoño depende de las condiciones del césped, el tipo de suelo y el fertilizante utilizado. Generalmente, se recomiendan aplicaciones cada seis a ocho semanas. Es importante priorizar productos con un alto contenido en potasio, que fortalece la estructura celular y mejora la tolerancia a las heladas. Las dosis deben ajustarse siguiendo las recomendaciones técnicas del fabricante, considerando la superficie tratada y evitando tanto deficiencias como excesos que puedan afectar la salud del césped.
¿Cómo aplicar el abono en otoño?

Métodos de aplicación
La efectividad de la fertilización también depende del método de aplicación. En superficies pequeñas o de difícil acceso, la aplicación manual puede ser suficiente, siempre que se asegure una distribución uniforme. Para áreas extensas, el uso de esparcidores garantiza un reparto homogéneo del producto, optimizando la eficiencia del tratamiento y evitando concentraciones desiguales que puedan generar quemaduras o zonas deficitarias.
Factores clave en la aplicación
El fertilizante debe aplicarse sobre un suelo ligeramente húmedo para favorecer su disolución y penetración, pero nunca encharcado, ya que eso limita la oxigenación y puede afectar negativamente la microbiota edáfica. Es fundamental evitar la aplicación en días con previsión de lluvias intensas para minimizar pérdidas por lixiviación. Asimismo, la combinación del abonado con labores de escarificado y aireación incrementa la eficacia del tratamiento, al mejorar la infiltración y el contacto del fertilizante con la raíz.
Errores comunes al abonar el césped en otoño
Uso de fertilizantes inadecuados
Uno de los errores más frecuentes es utilizar fertilizantes con un contenido elevado de nitrógeno, lo que estimula un crecimiento foliar desproporcionado y deja a la planta vulnerable ante el estrés invernal. Igualmente, el uso de productos con deficiencias en fósforo o potasio reduce la capacidad del césped para desarrollar raíces fuertes y resistentes, comprometiendo su supervivencia durante los meses fríos
Aplicación en el momento inadecuado
Retrasar el abonado hasta que las temperaturas del suelo descienden por debajo de los 10 °C reduce drásticamente la absorción de nutrientes, anulando los beneficios del tratamiento. Otro fallo habitual es ignorar las dosis recomendadas, ya sea por exceso —con riesgo de toxicidad o lixiviación— o por defecto, lo que limita el efecto nutricional esperado.
Claves para un césped fuerte en otoño
La salud del césped en otoño se sustenta en una planificación nutricional adaptada al contexto estacional. Abonar con productos específicos que prioricen el potasio y el fósforo fortalece las raíces y mejora la resistencia frente al frío. Realizar la aplicación en los momentos óptimos garantiza una absorción eficiente de los nutrientes antes del letargo invernal. Además, combinar la fertilización con técnicas como la escarificación y la aireación potencia el contacto del fertilizante con la raíz y optimiza su aprovechamiento. Estas prácticas coordinadas aseguran un césped vigoroso y preparado para afrontar el invierno con garantías.